Detalle de la yuxtaposición de placas de diferentes grosores para la articulación del hombro
Aunque en las competiciones oficiales no está permitido el uso de neoprenos, cada vez son más las pruebas organizadas por entidades privadas en las que se autoriza, y hasta se exige, el uso de estos trajes. Además de la protección a las bajas temperaturas del agua o a las picaduras de las medusas, la flotabilidad que aportan mejora la seguridad del nadador en caso de experimentar algún problema durante la travesía y contribuyen a mejorar la velocidad de nado.
Conscientes de que cada vez es mayor el número de competidores que sin tener adquirida una buena técnica de nado participan en pruebas de triatlón o de aguas abiertas, los fabricantes se han lanzado a introducir cambios en sus diseños que ayuden a minimizar los efectos de esas deficiencias técnicas. Sin embargo, las diferencias individuales se hacen sentir, y no son pocas las ocasiones en que un nadador, tras invertir una considerable cantidad de dinero en el último modelo que le ha recomendado un amigo, descubre que ha conseguido aumentar su incomodidad y disminuir su eficiencia. De ahí que sea tan importante elegir nuestro neopreno en función de nuestras características personales y, siempre que sea posible, probarlo en el agua.
Los fabricantes combinan placas de neopreno de diversos espesores tanto para facilitar la movilidad articular como para mejorar la hidrodinámica del sujeto. Así, podemos encontrar trajes que tienen placas más delgadas en las zonas que rodean hombros y rodillas o que tienen placas más gruesas en la parte anterior de los muslos que en el tórax. Y esas son cosas que debemos tener en cuenta a la hora de elegir un neopreno.
Importancia de la elasticidad del neopreno
La primera cosa que podemos observar es la elasticidad del neopreno. Ahorrarse algunos euros eligiendo un traje de menor elasticidad puede salir muy caro cuando llevemos dos horas con la musculatura de los hombros dedicada a vencer la resistencia que el neopreno opone a las brazadas. Así, es muy importante comprobar la elasticidad de los distintos modelos y prestar especial atención a la de las placas que rodean las articulaciones. Cogiendo con las dos manos y con las yemas de los dedos —nunca clavar las uñas, puede desgarrar el tejido— un fragmento de la misma placa (evite forzar las uniones de dos placas) estiramos el tejido separando las manos. Comprobará que la elasticidad varía con el modelo. Busque el modelo más flexible que se adapte a su presupuesto.
Comprobar que las zonas correspondientes a hombros y rodillas están realizadas con distintas placas de menor espesor y mayor elasticidad es muy importante para garantizar la mejor movilidad articular.
Son muchos los nadadores cuyas piernas tienen una empecinada tendencia a hundirse en el agua, empeorando su posición hidrodinámica y aumentando la resistencia. Suelen ser nadadores que experimentan una mejora notable cuando utilizan el pull-buoy. En principio, esos nadadores pueden verse beneficiados por aquellos neoprenos cuyas placas son más gruesas en las zonas que recubren los miembros inferiores que las que cubren el torso. Sin embargo, esos mismos neoprenos pueden convertirse en una pesadilla para nadadores con una buena posición hidrodinámica o para muchas mujeres que, como es sabido, suelen tener una mejor flotabilidad. Para ellos, este tipo de neoprenos les hace llevar las piernas muy altas dificultando el batido y afectando negativamente tanto su propulsión como su estabilidad. A personas con estas características les podría venir mejor un traje que tenga los mismos espesores en las grandes placas del torso y de las piernas.
Aún en el caso de que optemos por un neopreno con placas del mismo grueso en las zonas superior e inferior del cuerpo, es muy probable que las mujeres, debido a su mejor flotabilidad, se sientan más cómodas con un neopreno de menor espesor que el de los hombres. No obstante, es importante tener en cuenta que algunas mujeres que presentan muy escasa proporción de tejido graso pueden requerir neoprenos tan gruesos como sus compañeros.
Recuerde que un traje de neopreno tiene que quedar muy ajustado al cuerpo, y esto puede suponer que en los primeros usos se experimente una sensación de opresión torácica bastante notable. Una buena elasticidad del neopreno hará más fácil la adaptación a respirar con el cuerpo embutido en uno de esos trajes. Aun así, es imprescindible entrenar con frecuencia utilizando el traje tanto para familiarizarnos con esas nuevas sensaciones como para hacer aquellas adaptaciones de la técnica de nado que requieren el uso de los neoprenos.